jueves, 12 de diciembre de 2013

CAPÍTULO XXXVII









16/08/2012


He vuelto, siempre vuelvo, no podía abandonar a aquellos que leían cada capítulo de esta parte de mi vida tan similar a la de muchos de vosotros. Diré que todo este tiempo que ha pasado ha sido como una etapa de reflexión o un intento de ello.

Mi vida -con respecto a la enfermedad- sigue exactamente igual de caótica que antes. La incomprensión, la humillación, el maltrato psicológico, y la impotencia de no poderlo evitar van minando día a día mi salud de por si ya maltrecha. Quizás la medicina esté avanzando en lo que a la fibromialgia se refiere, pero creo que existe un punto dentro de la lista de síntomas y que la medicina aún no ha incluido, en el que las investigaciones son nulas, ese síntoma es: el efecto del trato humano de la familia en el paciente.

Son numerosas las familias rotas por culpa de esta enfermedad, aunque después de tanta información conteniendo datos suficientes para demostrar que no es psicosomática, no sé si culparla a ella. Nuestros familiares y amigos ya han tenido tiempo de comprobar que no nos quejamos por gusto, que el agotamiento tras el simple hecho de peinarte y comparable tan solo -pongo un ejemplo de mi tierra- a un maratón de baile de sevillanas, que las lumbalgias crónicas que nos impiden coger un simple papel del suelo, o los indescriptibles dolores de cabeza -migrañas o cefaleas- no los queremos tener; que vienen cuando quieren y se van cuando les da la gana. Sin embargo es más fácil pretender que nos sintamos culpables por no poder realizar todas aquellas tareas que antes odiábamos y que ahora más que nunca nos gustaría tener la capacidad de hacer. Es más fácil engañarse a si mismos como se engañan, no todos piensan así, pero la mayoría nos sigue tratando como si en vez de la fibromialgia, nuestros síntomas entraran en el terreno de la vagueza.

Desde hace casi un año, hay un síntoma que me fastidia más que ninguno, entrar en grandes superficies, supermercados, o tiendas de cualquier tipo, me provoca un leve dolor de cabeza que termina con náuseas, hasta el punto de tener que salir de donde me encuentre, ante la sensación y después realidad de ganas de vomitar. ¿Saben lo que supone no poder hacer la compra o salir de tiendas con mis hijas? Todo empieza en el camino a mi destino, dentro del coche, a veces me he vuelto a casa antes de llegar al super porque empezaban los síntomas y sabía que al final tendría que salirme de allí sin terminar la compra.




CONTINUARÁ...
(Imágenes descargadas de Internet)












3 comentarios:

  1. Hola Carmen, te he encontrado de pura casualidad y me ha gustado tu blog, mi nombre es Mª de la Villa aunque desde que nací me llaman Villi, es el diminutivo y se lee igual que se escribe, me siento identificada contigo por que tengo la misma enfermedad, llevo muuuucho tiempo con dolores que creía eran herencia de mi madre (a ella nunca le diagnosticaron la enfermedad, siempre le dijeron que era artrosis), cuando me diagnosticaron fibromialgia se me cayó el mundo encima, ay dios mío, no se que pensé pero me hundió el enterarme y desde entonces estoy peor si cabe.
    De la foto de "Las 12 cosas que no debes decir a alguien con fibromialgia" la única que falla es la nº 9, yo si trabajo, algunas veces lo agradezco por que si no fuese así, casi seguro que pasaría más tiempo en el sofá y eso ya sabemos que no nos beneficia para nada, pero es tan difícil levantarse y empezar el día....
    Me alegro de haberte encontrado, poco a poco iré leyendo tus post, un saludo.

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    1. Hola Villi, me alegra saber que sigues mi blog. No se a que te refieres con que de la lista de las doce cosas la única que falla es la 9, en realidad fallan todas, es precisamente una lista de las cosas que no queremos oír. Una cosa es lo que no queremos que nos digan y otra lo que deseamos que ocurra. A mi también me gustaría a veces trabajar fuera de casa, pero por desgracia no puedo, lo que no quita que me moleste que digan: Qué bien estarás en casa sin hacer nada!!!, porque en realidad no hacer nada te hace pensar todavía más en ese dolor intenso que va recorriendo cada molécula de tu cuerpo durante las 24 horas del día. Y es muy cierto que empezar el día es una auténtica tortura. Un saludo y si tienes un blog, mándame la dirección te añadiré o inscríbete desde él como seguidora mía, no sé por qué pero me ha leído mucha gente y sin embargo ni dejan comentarios ni se hacen seguidores, así que gracias por ser mi estreno.

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    2. Hola Carmen, con la lista de las doce cosas,( que mal me he explicado ) me refiero a que me dicen las mismas cosas, pero al estar trabajando, lógicamente esa, que es la nº 9 donde dice: " Debe ser agradable no tener que trabajar ", nunca me lo han dicho, tu lo explicas muy bien y es tal y como lo escribes.
      No tengo blog, mi hija siempre me dice que tengo que abrir uno, por que me gustan las manualidades y alguna hago, pero mi desgana puede más que cualquier intención.
      Te leeré siempre que pueda, aunque parezca una tontería, conocer gente que me comprende realmente, me ayuda.
      PD: Soy yo quien te da las gracias por compartir tus momentos con tod@s nosotr@s.

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